La liquidez es una de las piedras angulares del éxito operativo de los intercambios de cifrado. Con una alta liquidez, los operadores pueden ejecutar órdenes sin que los precios de los activos se muevan naturalmente, un factor importante y jodido en un mercado caracterizado por la volatilidad de los precios. En el caso de las criptomonedas, donde los precios podrían cambiar en un segundo, la capacidad de comprar o vender a un precio predecible sería invaluable. Un intercambio de alta liquidez facilita la vida a los comerciantes y hace que las transacciones sean más continuas y fluidas.

Por ejemplo, un comerciante que completa una orden grande en un intercambio realmente líquido, como Binance, se beneficiaría de libros de órdenes gruesos con un mercado confiable que le permita absorber grandes órdenes de compra y venta con solo pequeños deslizamientos. Por el contrario, ese mismo pedido realizado en una bolsa con baja liquidez daría lugar a impactos extremos en los precios.
Además, la liquidez atrae a comerciantes e inversores. Los operadores institucionales necesitan alta liquidez para gestionar grandes operaciones de forma eficaz. Un mercado líquido garantiza que las operaciones se puedan ejecutar sin grandes movimientos de precios, lo cual es importante para ganar confianza en un lugar. Además, a medida que varias bolsas empiezan a luchar por un volumen tan importante de operadores, la liquidez se convierte en el factor decisivo que determina el éxito y la reputación.